lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Es educativo el movimiento?


A lo largo del tiempo se ha considerado que la educación física ha sido un medio para adiestrar a  las personas. Esto ha sido reflejado por ejemplo en el ejército, donde la educación física cobraba fines militares y de defensa de la nación. Tomaba más importancia la parte física que la moral o ética. Existía una clara división entre la educación intelectual, moral y física. Se pensaba que a partir del desarrollo de la capacidad física se conseguía desarrollar valores que se creía implícitos en la tarea. El ejercicio implica un cuerpo sano, y un cuerpo sano implica un individuo que puede cumplir con sus obligaciones sin verse impedido para ello por la enfermedad (Ling, 1980). Esta afirmación refleja la corriente extendida a lo largo de finales del siglo XVIII y del XIX que  desarrolla una forma de ver el movimiento muy utilitaria, basada en el adoctrinamiento militar y la salud. Otro ejemplo lo tendríamos con Francisco Amorox y Ondeano (bebe de las concepciones físicas de las escuelas del centro y norte) que se exilia en 1812 de España, siendo nombrado en Francia Director del Gimnasio Normal Militar en París 1818. Esta escuela tiene una orientación militar y acrobática. Tuvo una gran influencia gracias a sus continuadores entre ellos Marey, Demeny, Lagrange, Tissié etc… . Más adelante en el siglo XX comienza una ligera modernización del carácter educativo de la Educación Física aunque seguimos encontrando a autores como Blanco y Sánchez (1917, p 436) donde se dice que la parte racional es educable, la parte vegetativa es cultivable y la parte animada (movimiento) es adiestrable. Con esto se observa como la educación física  seguía dividida en distintas concepciones, aunque predominando la parte extrínseca de la tarea. No es hasta 1960 cuando encontramos una disciplina académica que busca el valor intrínseco de la educación física (hacer que sea educativa) (Peters, 1965). En la década de los 90 aparece Arnold que incorpora una tercera dimensión en la que otorga valores intrínsecos al movimiento y lo define como algo valioso ya que permite a la persona autorrealizarse y autoconocerse (su idea es que el movimiento educa porque ofrece un conocimiento práctico basado en la experiencia). El movimiento para Arnold no es educativo cuando su metodología no es intrínsecamente valiosa y no se realiza en condiciones moralmente aceptables. Ejemplo no sería educación utilizar el movimiento para agredir a alguien. Otro ejemplo serían los juegos que no se considerarían en ocasiones educativos si existe discriminación, crueldad etc.. Otra visión del movimiento ,es aquella en la que no es educativo en si, por el  hecho de ser movimiento, sino que pasa a ser educativo según la concepción que tomemos de él y el valor que les asignemos. Por ejemplo en el artículo de Devís y Peiró, nos habla que sin la intencionalidad de obtener un beneficio, puede haber aprendizaje, pero nunca educación.

Según lo visto anteriormente, tenemos un bagaje para poder hacer una opinión sólida sobre lo que es o no es educación a través del movimiento. Particularmente creemos que todo movimiento crea en sí un aprendizaje en mayor o menor medida, mejor o peor, pero al fin y al cabo se adquieren o se refinan habilidades motrices. Es más creemos que extrínsecamente el movimiento es un buen desarrollador de las capacidades físicas humanas, la salud etc…. Pero por otra parte pensamos que el movimiento necesita de unos conceptos intrínsecos (teoría y bases éticas) capaces de crear un aprendizaje. Sin fijar unos objetivos claros a la hora del enseñar el movimiento no puede existir educación, además esta ha de ir acompañada de unos valores morales y éticos universales instalados en la sociedad humana. Por ejemplo aprender a disparar con un arco se considera aprendizaje, ha de ir unido de unos valores morales instaurados en un objetivo, entonces se producirá educación. Aprender a disparar un arco contra una diana y en una competición sería bueno, aprender a disparar un arco y usarlo contra una persona sería malo y no existiría educación.

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